
Desde la coordinadora “Eólicos, así non” advierten de que el Plan Estratégico que rige los parques desde 1997 “está obsoleto y permite una pandemia eólica”
Más de trescientas personas no quisieron perderse la ruta circular convocada por la coordinadora “Eólica, así non” y que partió poco más tarde de las 12 horas de ayer sábado desde el alto de San Antoniño, en la parroquia gondomareña de Couso, y con la que solicitan a la Xunta una moratoria real y efectiva en la tramitación de los más de 300 proyectos de construcción de parques eólicos dispuestos a lo largo y ancho del territorio gallego.
La celebrada ayer en la villa condal con la subida al monte Paraguda supuso una mínima parte de la acción global planteada por la coordinadora que agrupa a más de medio centenar de plataformas, asociaciones, u organizaciones ecologistas, coincidiendo con el día mundial de las Montañas y que se completó con un total de 22 movilizaciones y caminatas en puntos calientes de toda Galicia, entre ellos Chantada, Ferrol, Bembibre, Becerreá, Foz, Castro Caldelas o la localidad miñorana. El portavoz de la “Plataforma pola proteccion da Serra do Galiñeiro”, Jesús Rodríguez, explicó a este diario que las prórrogas concedidas en este sentido por la Administración autonómica “no son más que una saturación del sistema administrativo” ante tal volumen de solicitudes recibidas. “Los funcionarios no son capaces de tramitar los tres centenares de planes que hay en marcha en la actualidad”, explica. Además también solicitan que se renueve el marco legal que se rige por el Plan Eólico de 1997 en el que no se tienen en cuenta la potencia de las máquinas actuales ni las zonas protegidas. “Es un plan que está permitiendo una pandemia eólica”, asevera.
Precisamente desde la coordinadora explicaron que el punto elegido responde a que el monte Paraguda se encuentra en el eje Galiñeiro-Aloia y en donde además había planteado un parque con un total de ocho aerogeneradores con su correspondiente subestación y torre meteorológica atacando al parque natural, a las parroquias de Peitieiros y Morgadáns así como al núcleo tudense de Malvas. En este sentido explicó que no salió adelante por la falta de una autorización de la Red Eléctrica Española y no porque la Xunta vetase su ubicación. “Este hecho supone que si la empresa llega a presentar toda la documentación necesaria se habría autorizado, algo que perfectamente puede pasar en el futuro”, advierte. La ruta realizada a lo largo de 7,5 kilómetros también sirvió para poner en valor un conjunto con una gran riqueza y biodiversidad.
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